La Biblia se ha considerado la palabra de Dios, perfecta y verdadera, pero en el último siglo se han hallado otros textos antiguos que estaban perdidos, enterrados u olvidados, y que dan otra versión sobre lo narrado en la Biblia. De los numerosos textos que narraban la historia, se seleccionaron algunos para incluir en la Biblia y se desecharon otros, los proscritos por el canon oficial. Ahora, esos textos pueden arrojar nueva luz, objetar lo que creemos saber.
No existió una bibliografía transmitida de generación en generación, sino colecciones de libros, que con el tiempo fueron aceptados o no. Podemos especular con el porqué, pero no con certeza absoluta. Aún así, parece claro que los libros que sí se conservaron fueron los aceptables en el plano religioso, los capaces de llegarnos, de conmovernos, los que contribuyeron a cohesionar a una gran comunidad. Ahora, con perspectiva histórica, estamos preparados para conocer toda la verdad, o sus diferentes versiones.